lunes, 8 de octubre de 2012


CARTA A LOS REYES...
Desafortunados Reyes Magos, a cuantos
niños habrán hecho infelices!..., más tarde entendí que a muchos padres también.
¿Como puede entender un niño que en lugar de una bicicleta, año tras año, recibe un juego de té, una pelota, una lámpara o la taza para el desayuno?…
¿Qué parte de la carta no entendieron recurrentemente?
¿Cual es el motivo que los lleva a alimentar su fantasía con tal crueldad?
Sentirse que es inmerecida su petición, ya que nuevamente ha fallado. Creyó portarse bien, tenía aprendido su deber.
Año a año fue acrecentando el deseo de poseer ese objeto, tantas veces negado.
Ese día vería varias bicicletas dejadas en otros zapatos.
¿Por qué se le negaba?, ¿cuál sería la fórmula?, ¿más pasto?, ¿más agua?, ¿zanahoria?   
En los últimos años, crédulos, ya no le interesaba poner los zapatos, ni el ritual que le seguía, en otro lugar encontrarían algo mejor para saciar el hambre y la sed y niños que se habrían portado mejor.
Entre la desilusión propia y ajena y la alegría ajena, fue detestando el Día de Reyes.
¿Por qué provocarle tanta tristeza a un niño?… una coraza se construye.
¿Por qué no decirle que los Reyes le traerán lo que sus padres puedan pagar?... disminuiría su dolor y su esfuerzo por entender por qué se le negaba.
De futuro no pediría bicicletas.
Se sorprendería si se la dejaran. 
Comprendería a los Reyes Magos.